lunes, 21 de julio de 2008

LOS HORNOS CALEROS

HORNO CALERO, MAITZULO-BESABI (Urnieta, 2008)




La producción de cal a escala artesanal.

La elaboración de cal, partiendo de piedra caliza fundida en los denominados hornos caleros, es una técnica que ha estado en práctica desde tiempo inmemorial hasta bien entrado el primer tercio del siglo XX.

Siguiendo al diccionario, nos encontramos con la aplicación de calera tanto para la cantera de piedra como para los hornos en los que ésta se fundía, reservando para el operario el nombre de calero. Aunque, sin embargo, se ha generalizado indistintamente la voz de calera o calero para referirse al horno donde se materializa la cocción.

La cal es un material cuya utilización representa un variado y amplio abanico de usos, se utilizó como fundente en operaciones metalúrgicas, en la alfarería, para realizar crisoles de mucha temperatura, en deshidratación de líquidos y desecación de espacios y productos variados; en la elaboración del azúcar, fabricación de potasa, amoníaco, cloruro de cal y cal hidráulica, así como en el curtido de pieles y depuración de la sal; en la obtención de la cal sodada que tanto protagonismo tuvo desde el siglo XIX hasta hace unas décadas en su empleo como agente absorbente del dióxido de carbono (CO2); en el desarrollo de los estudios fisiológicos, en la construcción y también en la medicina donde tuvo una gran relevancia como antiséptico y contra las plagas y enfermedades infecciosas como el cólera y el tifus e igualmente se utilizó como inhibidora de la putrefacción de las aguas. En los últimos siglos la normativa sanitaria obligaba a cubrir con cal viva los cadáveres de animales y personas muertos por enfermedades infecciosas y desinfectar los materiales fecales en situaciones epidémicas por el mismo procedimiento.

Quizás el uso más antiguo y extendido de la cal, sea la elaboración de mortero o argamasa para la construcción de edificios sólidos, de cal y canto. Con ese fin se utilizaron sus propiedades de volver a adquirir dureza en contacto con el anhídrido carbónico del aire en un proceso simétrico al de su obtención, desde hace miles de años. Igualmente se utilizó en un largo etcétera de usos agrícolas y domésticos. Hoy todavía, algunas legislaciones, como el Decreto Foral Navarro , contemplan el uso de cal viva en su normativa sanitario-funeraria.

La cal apagada desleída en agua, es lo que constituye la lechada de cal, que tradicionalmente se ha utilizado en enjalbegar las paredes de las casas. La cal apagada es una base fuerte, que absorbe con intensidad el anhídrido carbónico del aire, recubriéndose de una película blanca de carbonato de cal. Esto es lo que ocurre cuando dejamos secar la cal después de extenderla por la pared, esta película tiene un marcado color blanco y resulta impermeable a la lluvia.

Son precisamente, los usos domésticos y agrícolas, de entre todos los citados, los que dan pie al uso de la cal y consiguientemente a la proliferación de estos pequeños y rudimentarios hornos en los ámbitos rurales de nuestros pueblos.

Se puede comprender fácilmente que la producción de cal y consiguientemente la abundancia de los hornos, se de cuando predomina en el entorno la roca caliza, pero también se da cuando la geología es adversa y propicia la escasez de cal, como en el caso del área geográfica que circunvala el macizo montañoso Aia - Cinco villas, representado por rocas primarias como granitos o pizarras paleozoicas. En Irun, se da la circunstancia anteriormente descrita, así el punto de mayor concentración de caleras “siete”, se da geológicamente, en un espacio donde escasea la roca caliza, distribuyéndose en un ámbito representado por las pudingas de la base del trias y las areniscas rojas del Triásico. Nos referimos al entorno de los caseríos Meakar goikoa y Meakar bekoa, donde apenas si hemos podido encontrar junto a la regata un pequeño brote calizo. Lo que nos hace pensar que la escasez de una materia, no es óbice para la producción de ella derivada, sino que propicia el transporte de la misma.





Los Hornos

Las caleras, son construcciones de piedra, erigidas para calcinar en su interior materiales calizos con la finalidad de obtener cal viva. Su forma exterior, generalmente, es cilíndrica o tronco-piramidal, con raras excepciones ovoides o cuadrangulares, como la de San Antón en Goizueta. Esta excepción geométrica, sin embargo, es más común en Vizcaya. Los interiores siempre son cilíndricos, Las más habituales tienen entre tres y cuatro metros de altura por dos de diámetro, disponiendo, la cuba de cocido, de una capacidad interior del orden de los 6 metros cúbicos. También están las denominadas, de tipo "francés", o de cuba alta, cuya longitud alcanza entorno a los seis o siete metros, aunque con menor diámetro, en torno a un metro, para favorecer el tiro, siendo estas menos habituales pero con suficientes ejemplos, como las que hemos podido ver en el término municipal de Urnieta y Leiza.

Generalmente no se trata de una construcción exenta, sino que parte de su estructura suele estar encajada en la ladera del monte o aprovechando un talud, disponiendo una porción de su volumen por debajo del nivel del suelo, ocupando el resto el levante exterior. Este levante es de piedra, igual que el recubrimiento interno, en algunos casos, las hay incluso, que disponen de un elegante frente de mampostería recibida, como sería el caso de la singular calera de Maitzulo en Urnieta, al pie del monte Adarra.

Sus partes más significativas están formadas por la boca superior o tragante, por la que se realiza la carga; la cuba de cocido y el frente en el que se encuentran el arco o boca de descarga, que da acceso al hogar, y en la base de éste, se encuentra el canal por el que destila la cal-viva y el cenicero. En algunas caleras, principalmente en Guipúzcoa, el arco de la boca de descarga está centrado al frente entre dos contrafuertes oblicuos a la obra, estando provistos ellos de una pequeña alacena calada en el muro. La parte más alta del levante, donde se encuentra la boca superior, tiende generalmente a estrechar el diámetro proporcionándole el adecuado tiro. El arco de acceso al hogar suele ser una estructura sencilla, de medio punto o escarzano, aunque también nos encontramos con elegantes representaciones abocinadas, hacia el interior, sobre todo cuando la estructura esta condicionada por gruesos muros, un ejemplo a destacar sería el horno de Alduncin en Goizueta.



El Hogar

Es el fondo interior del horno, esta provisto de una potente parrilla metálica sobre la que se realizará el fuego. Este se prepara colocando en el centro troncos apilados en forma de cono hueco, colocando en su interiory en su interior la Argoma, que arde con llama facil, siempre dispuesto de forma que se facilite la combustion a través del tiro, cuando la base del hogar tiene la capa adecuada de combustible, que elaborará la brasa y temperatura adecuada, se procede a la carga del horno vertiendo por la boca superior de la tragante capas alternativas de roca caliza troceada en guijarros y troncos, de estos los más valorados son los llamados tocones, que son la base de los árboles que queda un la tierra después de su tala. Disponen la carga a través de la cuba de cocido, de forma que corra el adecuado tiro desde el arco base del hogar hasta la boca superior, para que la corriente de aire contribuya a elevar la temperatura de calcinación o fundición que ronda entre 820º y 900º. Cuando se considera “montado” el horno se procede a su encendido, iniciándose el procedimiento que al cabo de, entre tres y cinco días, cuando el fuego alcanza lo más alto del horno, indica el final del proceso de calcinación. Este sistema se denomina de producción única o intermitente. Existe también la llamada producción continua, consistente en la contínua recarga, cuando a medida que la cal viva va evacuando por el canal de sangrado, se vierten nuevas capas alternativas de roca caliza y combustible por la tragante, el color del humo indica a un experto calero si debe añadir madera o piedra. Este proceso de producción contínua se llevaba a cabo sólo en los denominados hornos de tipo "fancés", donde su alta cuba y su escaso diámetro, entorno a un metro, facilitaba la operación.



Obtención de la cal

La cal viva se obtiene por calcinación de la piedra caliza en estos hornos especiales, llamados caleros, donde se somete a la piedra a temperatura que rondan los 900º.
La materia prima es la roca caliza que es una roca sedimentaria, de origen químico y formada mineralógicamente por carbonatos, principalmente de calcio y de magnesio, su fórmula es: CaMg (CO3)2. El proceso provoca la siguiente reacción:


Piedra caliza + calor = gas carbónico + cal viva

CaCO3 + calor = CO2+CaO

Carbonato de calcio + calor = Anhídrido carbónico + Óxido de Calcio



La cal viva es muy cáustica y tiene una gran afinidad con el agua, a cuyo contacto se transforma en hidróxido, con gran desarrollo de calor durante el proceso.
La cal viva, se mata, mezclándola con agua, obteniendo la cal apagada o cal hidratada, esta extinción se produce con un aporte entorno al 30-50 % de agua, para formar el hidróxido de carbono Ca (OH) 2:


Cal viva + agua = cal apagada + calor
CaO + H2O = Ca (OH) 2 + calor
Óxido de calcio + Agua = Hidróxido de carbono + calor



La cal es un producto natural, cuyo uso ha sido muy importante en el pasado, como lo es en la actualidad, teniendo una gran importancia en nuestra vida cotidiana. Como se ha indicado anteriormente, el uso más antiguo y extendido ha sido la elaboración de mortero o argamasa, empleado en la construcción de edificios, aprovechando la propiedad que la cal tiene de adquirir gran dureza al tomar contacto con el aire.

La cal apagada, ligeramente soluble en agua, se mezcla con arena y agua para hacer el mortero. Una de cal y otra de arena. Una vez aplicada en el mortero, la cal recupera el CO2 tomándolo de la atmósfera y se transforma otra vez en carbonato cálcico (lo que se conoce como fraguado), recuperando su dureza original y devolviendo el agua que asimiló en el proceso de apagado. Esta es la reacción que se produce:


Hidróxido cálcico (cal apagada) + Anhídrido carbónico = Carbonato cálcico + agua


Ca (OH)2 + CO2 = CO3Ca + H2O


A escala regional, algunos de los hornos más significativos por su nivel de conservación su elegancia estructural o arquitectónica, los hemos encontrado en los términos municipales de Urnieta, Arano, Leiza, Goizueta y Oiartzun. En Irun, tenemos registrados hasta un total de 30 unidades, entre los que cabe destacar: los de Gorroaga, Mendiola y Altzubide.

RICARDO BERODIA GORDEJUELA. 2008

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